
Tercera entrada, tercera necesidad, última solución. Si algún día un hombre estuviera enfermo y lo único que buscara es ayuda, un poco de desahogo a su desahucio pero el sólo hecho de tenerlo es perjudicial porque contagiaría a quien se le acercara, entonces, buscaría que el destino le ayudara a conseguirlo sin tener que sentirse culpable porque el acercamiento se produjera. Así también es mi enfermedad donde el desahogo hace enfermar y donde lo mejor es callar, tanto para mí, tanto más para ti, y, a sabiendas que sólo una persona tiene la llave para acceder a esto y que dentro de lo probable esto no suceda nunca, y si así sucediera que aquí quede dicho que el destino fue quien motivó esto. Ya después de marcar el terreno con las consecuencias, quiero darle paso a mi más fluido sentimiento, a mi más crudo llanto y a mis peores dudas.
Si pienso en mí, mi amor y como sería el amor puedo imaginarlo como una luz, un alimento que nace del interior y del que te llenas por todo el cuerpo y que, si es muy grande y te sobrepasa lo echas en un bolsito que va para todos lados contigo, donde este amor se vuelve la carga más honorable del mundo, la más placentera. Ese exceso es muy bueno, cuando quien hace nacer ese amor está dispuesto a recibirlo y darle sentido pero cuando, abruptamente eso se pierde te intoxicas, te intoxicas de amor, ese bolso se vuelve el más pesado e hiriente que pueda existir y el amor queda ahí porque se estanca, no se entrega y tanto peor cuando entregarlo es lo peor que puedes hacer y no lo entiendes porque el amor no entiende de eso, él sólo sabe de amor y si no de odio. Pero, en resumidas cuentas eso soy, en eso estoy, perdí el reflejo y así quedé, intoxicación de amor, esa es mi sentencia, mía, silenciosa, callada a la fuerza, furiosa y drástica. Si sólo una, una sola persona supiera de mí y se diera cuenta que ahora se rie más conmigo porque el humor es la mejor tapa al dolor, si supiera que el día que este bien voi a estar en paz y no como un desquiciado obsesivo tratando de hacer reir al mundo para creer que todo va bien, si se dieran cuenta el miedo que le he tomado a la calma, al dejar al silencio trabajar a sentarme tranquilamente a pensar porque ya no quiero más tormentos, porque ya no quiero sentirme más desolado y sobre todo, porque muy a mi pesar todo esto destruyó algo en mí que no va a volver y que yo jamás quize que fuera tocado y esa destrucción sólo dejará una marca imborrable, que justamente se despide del de antes, que me escinde y que me desilusiona profundamente.
Estúpidamente, te apresuras y crees que si buscas a alguien a quien entregarle tu sobredosis de amor puedes sanarte y seguir adelante y que triste resulta darte cuenta que eso no resulta y que para volver a hacerlo debe ser nuevo amor, debe ser en esa nueva experiencia donde nazca y también entender que la carga puede aminorarse, que la carga puede desaparecer para darle paso al agridulce recuerdo y a la brutalidad de la muerte de este ilusionista, de este cumplidor de sueños, en defensa de lo total de mi entrega, después del sacrificio... la aparición del camino. En este, el único suspiro, te digo te amo, te extraño, te deseo, te recuerdo y te libero.
music theme : torre de marfil, gustavo cerati